La dificultad de conseguir un local fijo, los altos costos de alquiler y la poca conciencia de algunos clientes al reconocer el arduo trabajo, es lo que hace que muchos artesanos decidan confeccionar sus productos y esperar solo los momentos específicos para comercializarlos.
Estas oportunidades son concretadas en las ferias ambulantes realizadas en el Casco Antiguo en la Plaza de la Independencia, se hacen una o dos citas por mes.
Zoraida Valencia, quien hace 26 años se dedica a la artesanía, señaló que para ellos es más rentable llegar a estos puntos con su mercancía, ya que si van a vender la mercancía a locales fijos, muchas veces los comerciantes quedan ganando mucho más que quien las hace. Reconoció que son más los foráneos que reconocen lo que es hacer una artesanía que los propios nacionales, quienes siempre desean pagar menos por el valor justo.
Cuando se organizan las ferias en el parque, asisten más de 15 artesanos que ofertan sus artículos. En los días buenos se puede recaudar hasta más de $100, pero cuando es lo contrario, no se logra sacar solo para pagar a los ayudantes y la alimentación, transporte y logística de la jornada.
En la Dirección General de Artesanías Nacionales del Ministerio de Comercio e Industrias hay alrededor de 400 mil artesanos debidamente acreditados, representan un 0.3% de la población económicamente activa en el país, según datos de la Contraloría General de la República.
Las artesanías varían de acuerdo al tamaño, calidad o determinación de sus propietarios. Van desde $10, otras superan los $40.